domingo, 30 de agosto de 2009

EL MUNDO DE LAS COSAS


…una cosa es una cosa y otra cosa es otra muy distinta…

Cosas…esa palabra que lo dice todo pero que no nombra nada, que tiene significado pero carece de sentido, que todo el mundo la usa y no sabe que es.

“tráeme esa cosa, aquella que está allá, ve esa cosita que ves ahí…ahhh un espejo! Si si esa cosa…”

Su significado es tan abstracto y tan complejo y tan curioso para el hombre que con ella se han creado chistes, películas, dichos, un personaje de una serie ‘El Tío Cosa’, hasta tiene su propio diccionario de sinónimos que es más grande que todos los diccionarios tradicionales juntos.

- Esos son cosas que pasan…las cosas no son lo que parecen…cada cosa a su debido tiempo…

Las cosas están en todas partes, en el espacio, aire, universo. Diariamente están ahí, esperándonos para que las nombremos y no las saquemos de nuestra memoria, para que las identifiquemos dentro de nuestra cotidianidad. Las cosas son cosas cuando al fin hablamos de ellas y nos volvemos sus cómplices. Ellas, con la tranquilidad y paciencia con que se reflejan siempre estarán ahí vigilándonos en ese mundo virtual en que cada uno vivimos.

Todo son cosas y aunque sea difícil de entender, son mayores que nosotros, existen más cosas en este mundo que nosotros mismos. Hasta la otra vida la cosificamos con objetos. No se desprenden de nuestro pensamiento. Nunca.

Pero, ¿Qué sería del ser humano sin ellas? El existir no tendría sentido. Las cosas son las que le dan el dinamismo y rutina a nuestras vidas, las que nos dan aventuras, tristezas, alegrías, las que nos escuchan siempre, nos miran, sólo se callan.

Son esas que nos dan un sinnúmero de emociones que no serías posible tener sino es por ellas.

Ya sean espejos, camas, cuadros, sillas, teléfonos, no se desprenden de nuestras vidas y son las que nos validan como razonables. Están acá por nosotros y han sobrevivido generación tras generación. Se han modificado, transformado, no desaparecen. Son felices en el espacio en que están, no recatan nada. Sólo esperan cada día inquietas de ser reconocidas y como es obvio vistas por todos los lados que se mire.

Las cosas… son todo y nada, nunca nos dejan solos y son lo único que nos acompañan toda la vida.

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